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October 14, 2023

Tank fue una exposición itinerante en el Museo de la Isla de Cozumel que se inauguró en octubre de 2023. La muestra
permanecerá hasta enero de 2024.


El museo data de la década de 1930, siendo uno de los primeros hoteles de la isla. Ubicado en una construcción tradicional,
ofrece muestras locales e internacionales y una exposición permanente sobre la historia, tradiciones, flora y fauna de
Cozumel.
El museo sirvió como contexto perfecto para el interés de Roberts por el mar como vehículo de colonización y descubrimiento.

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La práctica multimedia de Andrew Roberts se teje desde la investigación crítica y la ficción especulativa, materializando dispositivos que incisivamente rastrean una genealogía de imágenes poseídas y espacios espectrales. Roberts entiende ambas categorías como los sistemas representacionales y los sitios geopolíticos en tensión e instrumentalización por agentes coloniales e imperialistas. En este sentido, su aproximación forénsica a materiales de archivo, los géneros populares del cine y las mecánicas de los videojuegos revelan un sistema de circuito cerrado donde imagen y trauma se alimentan entre sí.

Tank se concreta como la intersección de dos investigaciones paralelas sobre el océano como un híperobjeto sometido a violencias industriales y su encarnación en la ciencia ficción. El mar transmutado en plataforma bélica y su alegorización fantástica en artefactos culturales se remonta a los primeros barcos europeos que desembarcaron en las Américas. Leyendas sobre monstruos acuáticos plagaron el imaginario de los exploradores y con ello comenzó la otredad de todos los seres vivos sobre este continente, incluidos sus nativos. Las criaturas míticas encontraron rápidamente su lugar en grabados propagandísticos, crónicas oficiales y cartografías de la época, convirtiéndose así en herramientas de conquista y genocidio. Sería imposible reconocer el océano como un teatro de operaciones sin comprender primero los mitos que le dieron forma.

Esta relación entre los cuerpos de agua como campos de sangre y su renderización a través de artificios se extiende a tiempos actuales. La década de los noventas trajo consigo la apertura de Baja Studios —un tanque de filmación propiedad de 20th Century Fox— en la costa a pocos kilómetros al sur de la frontera entre México y Estados Unidos. Ubicado en las afueras de Tijuana, la ciudad natal del artista, el estudio vio la producción de películas como Titanic, Pearl Harbor, Tomorrow Never Dies y Deep Blue Sea, conocidas por su retórica sobre el intervencionismo militar y el océano como un espacio de peligros que debían ser domesticados. Mientras combustible fósil estaba siendo drenado del lecho marino en el Golfo de México, la industria cinematográfica estadounidense se empeñó en retratar el mar como un parque de diversiones para el extractivismo.

La exposición nos presenta un ambiente inmersivo compuesto por tres esculturas de gran formato con elementos de silicón, impresiones 3D y aparatos metálicos. Cada obra habita el umbral entre la utilería de una película y el objeto arqueológico. Ilustraciones marítimas se transforman en tatuajes, bestiarios se convierten en relieves cromados y crónicas toman la forma de monstruosas criaturas marinas con piel de silicón. Al centro se articula una nueva pieza de video, que mediante una animación digital creada en Blend nos muestra el origen de estos seres.

October 14, 2023

Tank was an itinerant exhibition to the Museo de la Isla de Cozumel opening in October, 2023. The show will be on until
January, 2024.


The museum dates back to the 1930’s, being one of the first hotels in the island. Situated in a traditional construction, it offers
local and international shows and a permanent exhibition on Cozumel’s history, traditions, flora and fauna.
The museum served as a perfect context for Roberts’ interest in the sea as a vehicle of colonization and discovery.

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Andrew Roberts' multimedia practice draws from critical research and speculative fiction, materializing devices that incisively trace a genealogy of possessed images and spectral spaces. Roberts understands both categories as representational systems and geopolitical sites in tension and instrumentalization by colonial and imperialist agents. In this sense, his forensic approach to archival materials, popular film genres, and video game mechanics reveal a closed-loop system where image and trauma feed off each other.

Tank is the intersection of two parallel investigations on the ocean as a hyper-object subjected to industrial violence and its incarnation in science fiction. The sea transmuted into a war platform and its fantastic allegorization into cultural artifacts dates back to the first European ships that landed in the Americas. Legends about aquatic monsters plagued the imagination of explorers and with it began the otherness of all living beings on this continent, including its natives. The mythical creatures quickly found their place in propagandistic etchings, official chronicles and cartographies of the time, thus becoming tools of conquest and genocide. It would be impossible to recognize the ocean as a theater of operations without first understanding the myths that shaped it.

This relationship between bodies of water as fields of blood and their rendering through artifice extends to current times. The 90s brought with it the opening of Baja Studios —a filming tank owned by 20th Century Fox— on the coast a few miles south of the US-Mexico border. Located on the outskirts of Tijuana, the artist's hometown, the studio saw the production of movies like Titanic, Pearl Harbor, Tomorrow Never Dies, and Deep Blue Sea, known for their rhetoric about military interventionism and the ocean as a space of dangers needed to be tamed. As fossil fuel was being drained from the seabed in the Gulf of Mexico, the US film industry insisted on portraying the sea as an amusement park for extractivism.

The exhibition presents us with an immersive environment. Three large scale sculptures inhabit the space, composed of silicone elements, 3D prints and metallic devices. Each work transits the threshold between the props of a film and an archaeological object. Maritime illustrations are transformed into tattoos, bestiaries are configured to chrome bas reliefs, and chronicles take the form of monstrous sea creatures with silicone skin. A new video piece, created in Blend, a software used in the development of video games, shows us through a digital animation the origin of these creatures.